Los trenes y tranvías de Arriondas
El 24 de marzo de 1900, la Compañía Económicos obtuvo la concesión de las obras del ferrocarril hasta Arriondas, comenzando las obras en el mes de julio, siendo los adjudicadores de la obra Secundino Belaustegui, Blas Arana, Miguel Gutiérrez y los señores Pontvianne y López y para los tramos metálicos la Sociedad Anónima Compañía de Asturias de La Felguera.
Mientras tanto y a espera de concesión, la compañía de Ferrocarriles del Cantábrico Económicos, había iniciado ya el replanteo entre Arriondas y Nueva de Llanes.
Las obras fueron lentas, sobre todo por los problemas sobrevenidos con expropiaciones en la zona de Infiesto, pero el día 23 de mayo de 1903 a las 12,30 horas llegó a Arriondas el primer tren de viajeros, desde la localidad de Infiesto, inaugurando la nueva vía.
A las 16,30 h. salió en dirección Oviedo el primer tren que haría ese recorrido diariamente a la misma hora.
La apertura del tramo de ferrocarril entre Arriondas y Llanes, se produce el 20 de julio de 1905 con lo que se completaba el trazado de la red de Ferrocarriles económicos de Asturias.
Arriondas llegó a tener al mismo tiempo dos estaciones de ferrocarril. La citada de los Económicos y también la del tranvía de Arriondas a Covadonga inaugurado en el año 1908. Este era un pequeño tranvía que tenía sus vías en la traza de la carretera hasta Cangas y Covadonga.
Lo había instalado la sociedad conjunta de la anglo-española “ The Asturiana Mines , Ltd” y la” Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias” que dirigía por aquella época Jerónimo Ibrán. Estas dos compañías formaron hacia 1905 una filial, suscrita a partes iguales con 600.000 pts en acciones y 300.000 pts en obligaciones con el fin de construir un tranvía de vapor con 18 km de recorrido entre Arriondas y Covadonga, que además de turistas y devotos de la virgen de Covadonga, transportó durante treinta años mineral de las minas de manganeso de Buferrera, junto al Lago Ercina. Este mineral era posteriormente llevado en tren hasta el puerto de Ribadesella donde se cargaba en barcos. La explotación del tranvía y servicio de transportes se hizo a contrata por la Compañía de Ferrocarriles Económicos de Asturias.
Para el servicio del tranvía se edificó cerca de Covadonga, en El Repelao, una estación con una arquitectura singular, aplicando la misma estética a las estaciones de Cangas de Onís (Junto al Ayuntamiento) y la de Arriondas (en el lugar de la actual parada de autobuses).
El tranvía dejó de funcionar el 31 de octubre del año 1933, siendo sustituido por una línea de autobuses, que fueron los sucesores de los que antes de la guerra tenía Campal y que más tarde tuvo Sacramento de la Llana (Mento).
Detrás de la estación de Arriondas quedaron hasta 1989 los restos de aquel tranvía ya convertidos en chatarra en esa fecha.
Esta fue la primera lanzadera turística entre Cangas de Onís y Covadonga, aunque la idea inicial de este tranvía surgió cuando el 18 de Octubre de 1900 Antonio López Suárez, en representación de la recién constituida sociedad “Electro Canguesa”, que gestionaba la primera central hidroeléctrica creada en Asturias, en Caño, solicitó autorización para realizar los estudios con el objetivo de la puesta en servicio de un tranvía con motor eléctrico, desde Arriondas al Santuario de Covadonga, pasando por Cangas de Onís y ocupando parte de la carretera.
El 27 del mismo mes el Gobierno le concedió dos años para verificar el estudio.
Los estudios no debieron ser del todo satisfactorios para que la recién creada empresa eléctrica se embarcase en el mencionado proyecto.
Al final y como hemos comentado fue construido por una empresa filial del Ferrocarril de Económicos en la que también participaba la “The Asturiana, Limited”, empresa explotadora de las minas de manganeso de Buferrera, en Los Lagos de Covadonga.
El tranvía entre Arriondas y Covadonga fue inaugurado en 1908, tratándose de tracción a vapor y no eléctrica, como preveían los empresarios Cangueses.